HURTS son agudos. Incluso si su música no fuese tan bien para el dúo pop de Manchester, el apuesto cantante Theo Hutchcraft podría estar satisfecho del hecho de que su corte de pelo es actualmente más demandado en Islandia. “Cuando todo esto termine, puedo abrir una barbería”, me dice.
Van a estar en el deslumbrante escenario de la Somerset House, el mejor lugar para ver música en directo al aire libre en Londres, lo cual parece bastante pobre cuando tocan allí la próxima semana como una parte de las anuales Summer Series del lugar. Además de los trajes y las elegantes abrazaderas, Huthcraft y su compa&ntile;ero teclista Adam Anderson hacen pop electrónico cuidadosamente trabajado que es tan elegante como parece.
Serán uno de los 11 grupos seleccionados por su habilidad de hacer esos especiales entornos incluso más memorables.
De la monocroma cubierta de su álbum de debut, HAPPINESS (RCA) a la total belleza de sus videos, todos repletos de guapas modelos y estupenda arquitectura, HURTS ha creado una imagen que se mantiene todo el tiempo. No les puedes encontrar con tejanos y jerséis de lana como el kit de Lady Gaga en West Ham. Un período en su vida, ahora el ahora no existente quinteto Daggers tiene que ser aerografeado y el dúo parece haber emergido completamente formado. “Algunas personas pensaron inicialmente que la imagen no iba con la música, pero es todo parte de nuestro gusto”, dice Hutchcraft. “No comprometeríamos ninguna de las partes”
En este punto, sería negligente por mi parte no mencionar los 80. A pesar de que tienen 24 y 27 a&ntile;os y son demasiado jóvenes para recordar mucho de esa década de exceso, los brillantes sintetizadores y el alto drama de sus canciones claman un amor de Ultravox, Depeche Mode y Spandau Ballet. Temas como Sunday y Wonderful Life suenan grandiosos, a veces desmesurados-es Tears for Fears una y otra vez.
De hecho HURTS son tanto de los 80 que no sería ninguna sorpresa encontrar que Hutchcraft me está llamando de un móvil del tama&ntile;o de un Pórtalo, mientras está mirando Dallas. Está al teléfono desde Heathrow después de una parada nocturna en su tierra natal entre conciertos en Alemania y en Finlandia.
“Pasamos la mayor parte de semanas en Alemania”, dice el cantante, originario de North Yorkshire. Es sólo un indicador de la popularidad de HURTS en lugares donde no te esperaría.
En el Reino Unido, el álbum fue nº 4 y ha ido lentamente hacia disco de oro con ventas de 150.000 unidades, pero todavía no han tenido un single top 20. En contraste, en Alemania, Polonia y Suiza son súper estrellas que tienen ya Platino, perseguidos por grupos de la más intensa lista. “Wonderful Life” fue la canción más tocada en Alemania en el 2010. En Grecia el a&ntile;o pasado el álbum fue nº 1 e hicieron un concierto para 11.000 personas. “Siempre hablamos sobre “el momento nº 1 en Chipre en un avión”-cuando descubrimos que “Wonderful Life” era la canción más escuchada en la radio chipriota. Ese fue el primer indicio de que las cosas podrían ser un poco diferentes para nosotros”.
Como Depeche Mode, hay también una frialdad en el sonido de HURTS que parece encajar en los corazones en llamas alemanes mientras que deja al público de casa un poco, bien, frío.
Hutchcraft y Anderson hacen música pop pura, estallando con estupendas melodías e incluso con Kylie Minogue en las voces de acompa&ntile;amiento en su canción “Devotion”, pero hay una oscuridad en su centro. “Nos preguntamos si había algo en el sonido que apelaba particularmente a los alemanes”, dice Hutchcraft, “pero entonces fuimos a un lugar como Taiwán y el público es exactamente igual allí. Pieno que simplemente se resume en que escribimos buenas canciones pop-esa es la conexión más sencilla”.
Hay también una no no apologética pretensión allí.
Tendrás suerte si les ves una sonrisa, y una inusual característica de sus conciertos es la presencia inmóvil de un un gigante cantante de ópera conocido sólo como “Richard” que ocasionalmente canta como un auténtico Pavarotti. “Siempre quisimos hacer una actuación grande y teatral. Ahora está él, un cuarteto de cuerda , bailarinas”. él puede ser escuchado en el melancólico tema escondido del álbum “Verona” y encajará perfectamente en Somerset House.
Un concierto para 3.000 aquí debe ser un poco un anticlímax después del a&ntile;o que la pareja han disfrutado en el resto de Europa. No lo es, dice el cantante.
“Será nuestro concierto más grande en el Reino Unido, y será realmente especial traerlo a casa después de 18 meses de gira. Tocar en un lugar tan bonito será de una gran relevancia”.
Y tú nunca sabes, después de ver a este elegante grupo en la sala que podría haber sido hecha especialmente para ellos, quizás Londres lanzará finalmente también un poco de histeria en su dirección.
HURTS, 14 de julio, Somerset House.
La serie de conciertos al aire libre en la Somerset House es un evento único en el calendario musical del verano en Londres y este año vuelve con 11 noches con algunos de los nombres más calientes en la música. Las noches anteriores incluyen Beady Eye, Eels e Imelda May con Morning Jacket y Ellie Goulding todavía por venir.
Aclamados desde Manchester, HURTS son un grupo indie electrónico compuesto por el vocalista Theo Hutchcraft y el teclista/guitarrista Adam Anderson. Habiendo estado en otros grupos juntos, Hutchcraft y Anderson crearon al final la fórmula del dúo y empezaron a crear pop inspirado en los 80 juntos el año pasado, y el resultante álbum de debut HAPPINESS les convirtió en el grupo nuevo con mayores ventas del 2010.
HAPPINESS es el álbum de debut con el nombre más irónico, especialmente después de verles en directo. La marca general tras ellos dos parece ser hosca, malhumorados humores con esporádicos momentos de entusiasmo.
A pesar de todo esto, fue realmente bueno de hecho. Ofreciendo todos los temas de su álbum de debut y un cover del “Confide in Me” de Kylie Minogue dieron a los fans todo lo que querían.
“Silver Lining” y “Wonderful Life” ofrecieron un inicio contundente del concierto, el público inmediatamente se embelesó. La desgarradora “Stay” fue una bonita balada que aseguró una intensidad y vulnerabilidad al pretencioso plomo. Dejaron el gran éxito “Better than Love” hasta el final finiquitando el concierto mientras toda la Somerset House coreaba cada palabra.
Teatro dramático vino de la mano de sexys bailarinas durante intervalos y una ola de confeti rojo terminó la noche con una ducha de sangre simbólica. Precioso.
Sí, su estilo, atmósfera, sonido y presencia en el escenario parecen haber sido tomados de la primera página del libro de Topman, “Being Cool”. Sí, tienen camisas abrochadas hasta arriba pero sin corbata. Sí, ellos utilizan una regla estricta de no sonreir y sí, tienen un sintentizador masivo.
Sí, todo el concierto fue la actuación más pretenciosa y condescendiente de la que nunca haya sido testigo (Y he visto Coldplay en directo). Y sí, Hutchcraft me irritó tanto que me dejó con una ira que previamente reservava para los criminales. Especialmente cuando inexplicablemente destrozó el palo de micro.
Pero de alguna manera, valió la pena aguantar todo esto por un maldito buen synth-pop.
El electro-dúo de Manchester, HURTS, están tan en sintonía con la elegancia new-romantic que un repaso al álbum de debut del año pasado, HAPPINESS, sugería que incluso sus conciertos eran probablemente “monocromos”. Si lo hubiesen podido arrancar, sería exactamente lo que habrían hecho esta noche: su espectáculo en el escenario es un video de principios de los 80 revivido, completado con bailarinas quienes están aquí no para excitar sino para añadir intriga moviéndose a través de poses angulares de pasarela.
Si el cantante Theo Hutchcraft y el sintetizador Adam Anderson (quienes son acompañados en el escenario por un sintetizador extra, guitarra y cuerdas) no fuesen demasiado jóvenes para recordar este material de primera mano, sospecharías que su escenario entero era un envio del último período del contenido electropop del estilo de Ultravox. De hecho, eso hace a HURTS un perjuicio ya que es obvio que pensamiento y conocimiento han sido invertidos; cada elemento, desde las luces que se mueven sutilmente a través de espectros azules y lilas hasta la intrincada madeja de piano que se desenrosca durante “Verona”, muestra ingenio y ambición. Es sólo que las áreas donde HURTS se luce, como su habilidad para crear dramáticas envolturas de melodía que necesitan ser apropiadamente oidas en un estadio, son eclipadas por florituras que aparentemente responden a la pregunta, “¿Qué haría Midge Ure?”
Es difícil no reirse por lo bajo con un grupo que transforma el “Confide in Me” de Kylie Minogue en una sub-operística histeria, con Hutchcraft agarrándose su camisa de modo suplicante, y sería de santo no reírse durante “Evelyn” mientras golpea es escenario con el pie de micro sin despeinarse su pelo con brillantina.
Este estilo tan fuerte y ferviente puede acabar con HURTS al final. Por otra parte, puede que no si los dans continuan apoyándoles tan ávidamente como este público vitoreante. Hay algo valiente en su estúpida determinación de mirar atrás en el tiempo, y la admisitón de Hutchcraft que ellos nunca pensaron que estarían “tocando en un lugar tan especial” hace sonar las campanas de la humildad-así que ellos podrían estar en esto a largo plazo.
